El cernícalo común (Falco tinnunculus) tiene un nombre muy apropiado pues es una de las rapaces más comunes del planeta. También es una de las más pequeñas: mide unos 34 centímetros de largo (como una paloma), alcanza los 80 centímetros de envergadura y pesa 200 gramos de media. El color del plumaje varía mucho entre ambos sexos: el macho, más vistoso (aparte de ser más pequeño, como es habitual), presenta la cabeza de color gris ceniza, con dos bigoteras negras bajo los ojos, las partes superiores de color castaño y las inferiores amarillentas, con manchas negras tanto por el dorso como por el vientre; la cola, también gris ceniza, termina en una banda blanquinegra. La hembra, en cambio, presenta la cabeza, las partes superiores y la cola de color pardo y con listas oscuras. Los inmaduros tienen un colorido muy similar al de la hembra. Todos los cernícalos tienen en común el color de las patas y el de los ojos: amarillas las primeras y pardos los segundos. Las garras presentan dedos cortos y fuertes, lo que sugiere (y así es, en verdad) que prefiere cazar roedores e insectos, antes que pájaros (a diferencia del gavilán, por ejemplo).
Cernícalo común hembra. Foto de Francisco Welter Schultes |