El aguilucho cenizo (circus pygargus) es una pequeña rapaz (de entre 40 y 45 cms de largo, como una paloma torcaz) con un dimorfismo sexual acusado: el macho es de color gris ceniza en el dorso, con una característica franja negra en la mitad del ala (que lo diferencia respecto al aguilucho pálido) y remiges externas (las plumas de los extremos de las alas) también negras; las partes inferiores son claras. La hembra, en cambio, es marrón oscura en el dorso y más clara en las partes inferiores, y con una mancha blanca en la base de la cola, rojiza inferiormente; los inmaturos son parecidos a la hembra, aunque mostrando un color castaño rojizo en sus partes inferiores y una especie de "antifaz" oscuro que bordea sus ojos.
El aguilucho cenizo, al igual que los otras especies de aguilucho, vive preferentemente en zonas húmedas con abundantes hierbas y vegetación (como marjales y salicornales); también vive en campos y claros de bosques, y en la Península Ibérica suele habitar en los campos de cereales. Su área de distribución es muy grande: abarca Europa, África y Asia, por lo que no es una especie particularmente amenazada. Sin embargo, y aunque puede vérsela en cualquier país europeo (excepto en Noruega), en muchos de estos países cuenta con pequeñas y frágiles poblaciones. Inverna en África y en la India; durante la migración los machos, hembras e inmaduros vuelan en grupos separados.
La parada nupcial del aguilucho cenizo es realmente vistosa, y consiste en una ágil y compleja exhibición de vuelo en la que ambos sexos entrechocan las garras. Esta especie nidifica en colonias dispersas en sus hábitats predilectos, en una estructura plana a nivel del suelo hecha a base de ramitas y tallos secos, tapizados con hierbas. La hembra tarda unos 27 o 30 días en incubar los huevos, que pueden variar en número de entre 3 y 10, en una sola pollada anual; durante la incubación, es el macho el que se encarga de alimentar a la hembra. Al igual que en el caso del milano negro, los pollos son bastante precoces: a los 40 o incluso 35 días abandonan el nido.
Este aguilucho se alimenta de una gran variedad de presas, aunque son siempre pequeñas debido al tamaño del ave y de las garras, no aptas para capturar grandes piezas. En su alimentación se incluyen lagartos, ranas, culebras, insectos, pequeños mamíferos como ratones y topillos, así como pequeñas aves, huevos y polluelos.
Una característica especial no sólo de esta especie, sino de los aguiluchos en general, es que cazan "de oído": al volar lento y a baja altura, y sobre todo gracias a las amplias aberturas auriculares de que disponen, pueden encontrar presas ocultas entre la espesura con cierta facilidad.
Aunque a principios del siglo 20 su número iba creciendo, a partir de la década de los 50 la tendencia se invirtió, debido al uso de pesticidas como el DDT (que envenenaba a las rapaces a través de sus presas); aparte, el uso de cosechadoras de cereales en agricultura intensiva propició la destrucción de los nidos y pollos, debido al corto ciclo de crecimiento de los cereales, que a menudo termina antes de que los pollos salgan del nido. Por suerte el amplia área de distribución de la especie ha ayudado a su conservación.
Un joven y anillado aguilucho cenizo, con su vistoso plumaje |
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