El milano negro (milvus migrans) es un ave poco más grande que una gaviota (49-56 centímetros de largo), de color pardo oscuro en el dorso, pardo rojizo en el vientre y la cabeza de color claro; en general es más oscuro que el milano real, de ahí su nombre, pues con escasez de luz puede verse de color negro. A diferencia de su pariente, la cola del milano negro es oscura y menos ahorquillada, lo que los hace distinguibles en vuelo. También los diferencia el hecho de que el milano negro prefiere las zonas húmedas, y el milano real escoge antes las zonas de monte.
Como sugiere su nombre científico, esta rapaz es migratoria; en España los primeros ejemplares aparecen a inicios de la primavera, pero el mayor número de individuos llega en abril. En invierno, estos milanos emigran a países subsaharianos.
Durante el cortejo estas rapaces emiten llamativos y agudos chillidos de reclamo. Los milanos negros suelen nidificar en nidos viejos de otras rapaces o córvidos; curiosamente, los machos suelen aportar al nido todo tipo de materiales procedentes de la mano del hombre (al igual que sucede con su pariente el milano real): trapos, plásticos y otros objetos que traen a las hembras para despertar su interés, como si de joyas de compromiso se trataran. Las parejas de milano negro no son tan fieles como en el caso de otras rapaces: suelen durar varios años, pero en ocasiones la hembra se aparea con otros machos en ciertos casos, como cuando el macho tarda en traer el alimento o en zonas de escasos recursos alimenticios. Las hembras ponen de 2 a 3 huevos, que son incubados durante 32-36 días. Las crías crecen con rapidez: a los 40 días están ya en condiciones de abandonar el nido. Sin embargo, tardan 4 o 5 años en efectuar los primeros apareamientos, aun estando potencialmente preparados para ello antes de esta edad.
Los milanos negros se asemejan a las gaviotas no sólo por su tamaño, sino también por su forma de vida, tanto en su alimentación como en su gregarismo: se alimentan frecuentemente de carroña y peces muertos, y no es raro verlos frecuentar los basureros y las cercanías de las explotaciones ganaderas; de hecho en algunos países suelen frecuentar las zonas habitadas para llevarse comida de los mercados, y hasta ¡de las manos de los propios transeúntes!. Además, son tan gregarios que en ocasiones nidifican en colonias (en números de 40 a 50 parejas), e incluso duermen en grupo cerca de lugares con alimento. Aparte, consumen ocasionalmente mamíferos y aves enfermos, reptiles, batracios, insectos y moluscos, por lo que son aves bastante oportunistas.
Por todo lo anterior, esta especie constituye una de las rapaces más frecuentes y numerosas en el Viejo Mundo, cosa bastante inusual en el mundo de las aves de presa. Pueden encontrárselos en lugares tan dispares como el centro y sur de África, la India, e incluso Australia. En Europa, la población más numerosa de la especie se encuentra en España, en especial en los valles del Guadalquivir, Duero, Tajo y Ebro.
Su hábito de alimentarse de basura y despojos puede ser muy interesante en los lugares donde habita, a efectos sanitarios, dado el creciente aumento de desperdicios dejados por doquier por parte del ser humano.
Dos milanos negros. Foto original hecha por Dianne Hunter |
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